domingo, 4 de enero de 2009

Un colista lleno de animadversión

Nuevo capítulo del inacabable serial de los Sevilla - Osasuna y viceversa. Cuando parecían calmados los ánimos de los enfrentamientos Caparrós - Aguirre, cuando el hielo de Juande y la pasividad de Ziganda pusieron fin a una rivalidad geográficamente incomprendida (casi mil kilómetros entre ambas ciudades), el último partido entre ambos se saldó con un pitido final surrealista, fruto de un polémico penalti, y con Jiménez y el Cuco diciéndose de todo menos bonito. El 2 -1 final dejó heridas en el seno navarro, y el equipo pamplonica llega con aires de revancha, siendo colista y a pesar de enfrentarse al segundo de la liga, el primero entre los humanos si descartamos al estratosférico Barcelona. Y para colmo llega Camacho, diez años después. El entrenador más odiado en la última década nervionense, con permiso de Juande, si bien, este ganó y el murciano descendió. Año nuevo para el Sevilla, en un dificil partido, obligado de ganar y no perder la estela de Barça y Valencia, vencedores en la jornada del sábado. Obligado a vencer y a convencer, tras las inexplicables críticas a un equipo que aunque no juegue bien se fue de vacaciones siendo segundo. Adriano se cruza el campo para ocupar el lateral derecho, y Luis Fabiano es duda hasta última hora por un proceso febril. En Osasuna, no han viajado ni Juanfran ni Ezquerro, y Sola, que se le da bien Sevilla, será el referente en ataque ganándole la partida a Pandiani. Osasuna debe ser un rival propicio para un rival que aspira, como mínimo, a la Champions, que además de vencer debe jugar bien, y guardar, que el miércoles asoma la Copa.

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